El examen de densidad ósea, también llamada
absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) o densitometria ósea, es
una forma mejorada de tecnología de rayos x que se utiliza para medir la
pérdida ósea. DXA es el estándar actual establecido para medir la densidad mineral
ósea (BMD, por sus siglas en inglés).
Un rayos X (radiografía) es un examen médico no
invasivo que ayuda a los médicos a diagnosticar y tratar las condiciones
médicas. La toma de imágenes con rayos X supone la exposición de una parte del
cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante para producir imágenes
del interior del cuerpo. Los rayos X son la forma más antigua y de uso más
frecuente para producir imágenes médicas.
Por lo general, la DXA se realiza en las caderas y
la zona inferior de la columna vertebral. En los niños y algunos adultos, por
lo general se explora la totalidad del cuerpo. Los dispositivos periféricos que
utilizan rayos X o ultrasonido se usan en ocasiones para explorar la masa ósea
baja. En algunas comunidades, también se pueden utilizar las TAC con un
software especial para diagnosticar o monitorear la masa ósea reducida (TCC).
Este examen es preciso pero su uso es menos común que la exploración por DXA.
Algunos de los usos comunes del procedimiento
La DXA mayormente se utiliza para diagnosticar
la osteoporosis, una enfermedad que frecuentemente afecta a las mujeres
después de la menopausia, pero que también puede afectar a los hombres y muy
raramente a los niños. La osteoporosis incluye una pérdida gradual de calcio,
así como cambios estructurales, provocando que los huesos pierdan grosor, se
vuelvan más frágiles y con mayor probabilidad de quebrarse.
La DXA es también efectiva en el seguimiento de los
efectos del tratamiento para la osteoporosis y otras enfermedades que generan
pérdida ósea.
El examen de DXA también puede evaluar un riesgo
que tiene una persona para desarrollar fracturas. El riesgo de sufrir fracturas
se ve afectado por la edad, el peso corporal, los antecedentes de una fractura
anterior, antecedentes familiares de fracturas osteoporóticas y cuestiones
relativas al estilo de vida tales como fumar cigarrillos y consumir alcohol en
exceso. Se consideran estos factores a la hora de decidir si un paciente
necesita tratamiento.
El examen de densidad ósea es altamente
recomendado si usted:
- Es una mujer post-menopáusica y no ingiere
estrógeno.
- Tiene antecedentes maternales o personales de
tabaquismo o de fractura de cadera.
- Es una mujer post-menopáusica que es alta (más
de 5 pies y 7 pulgadas) o delgada (menos de 125 libras).
- Es un hombre con enfermedades clínicas
asociadas a la pérdida ósea.
- Utiliza medicamentos que se conocen que
generan pérdida ósea, incluyendo corticoides como Prednisona, diferentes
medicamentos anticonvulsivos como Dilantin y determinados barbitúricos, o
drogas de reemplazo de la tiroides en dosis altas.
- Tiene diabetes del tipo 1 (anteriormente
llamada juvenil o insulino-dependiente), enfermedad hepática, renal o
antecedentes familiares de osteoporosis.
- Tiene un alto recambio óseo, que se muestra en
la forma de colágeno excesivo en las muestras de orina.
- Sufre de una enfermedad en la tiroides, como
hipertiroidismo.
- Sufre de una enfermedad en la paratiroides,
como hiperparatiroidismo.
- Ha experimentado una fractura después de un
traumatismo leve.
- Tiene rayos X que evidencian fractura
vertebral u otros signos de osteoporosis.
La evaluación vertebral lateral (LVA,
por sus siglas en inglés), un examen de dosis baja de rayos X de la columna
para detectar fracturas vertebrales que se realiza con la máquina de DXA, puede
recomendarse para pacientes mayores, especialmente si:
- Han perdido más de una pulgada de altura
- Tienen dolor de espalda sin motivo
- Una DXA arroja resultados límites.